Síndrome de Stendhal
Este trastorno psicosomático provoca taquicardias, mareos, confusión e incluso alucinaciones. Ocurre en personas que contemplan obras artísticas, normalmente cuando el lugar está lleno de obras de arte o éstas resultan especialmente hermosas. También puede ser utilizado para describir otras reacciones similares a estas circunstancias, como por ejemplo, cuando se contempla la belleza de la naturaleza.
Este síndrome se conoce gracias al famoso autor francés Stendhal, después de describir su experiencia sobre este fenómeno en el siglo XIX.
Síndrome de París
Este síndrome tan curioso es una condición exclusiva de los turistas japoneses. Este síndrome se caracteriza por la aparición de una fuerte depresión en los turistas japoneses mientras se encuentran en la ciudad de París. Muchos de estos turistas, al padecer este trastorno, vuelven inmediatamente a su país natal.
La embajada japonesa tiene una línea telefónica abierta las 24 horas para atender a los turistas que padezcan este shock y para ayudarlos en caso de haber alguna emergencia.
Síndrome de Diógenes
Este es uno de los trastornos más extraños que existen en el mundo y es también uno de los más conocidos y escuchados.
Según cuenta la leyenda, Diógenes era un filósofo griego que vivía en un barril de vino, en la época de Alejandro Magno.
Este trastorno se caracteriza por una extrema auto-negligencia, tendencia a la propia reclusión y por una acumulación compulsiva de objetos y animales entre otras cosas. Normalmente surge en ancianos y se asocia con la demencia senil.
No se sabe a ciencia cierta porqué se eligió este nombre para denominar este síndrome ya que no hay datos que indiquen que este filósofo desatendiera su higiene personal.
Síndrome de Estocolmo
Este síndrome es propio de rehenes o personas que han sido secuestradas.
Las víctimas muestran simpatía y lealtad hacia sus secuestradores e incluso conformidad voluntaria antes su situación. Este síndrome también puede verse en otros casos como los de violencia de género, violación y abusos infantiles.
A este síndrome se le dio su nombre en 1973, cuando los empleados de un banco fueron retenidos como rehenes. Las víctimas se encariñaron con sus secuestradores e incluso los defendieron para que no fuesen condenados, después de los seis días que duró el cautiverio. Años más tarde, cuando uno de ellos fue puesto en libertad, contrajo matrimonio con una de las mujeres que había sido su rehén.
Otro famoso caso de Síndrome de Estocolmo es el de Patty Hearst. Esta chica, hija de un multimillonario famoso en su época, fue secuestrada en 1974 y fue tal su simpatía hacia los secuestradores que más adelante formó parte de un robo planeado por éstos.