En la vida hay dos tipos de situaciones o eventos, los solucionables y los que no se pueden solucionar porque se escapan al alcance de nuestra mano. Si nos centramos en aquellos que podemos modificar es conveniente tener las herramientas necesarias para poder abordarlos de la forma más idónea posible. Para ello hacen falta dos condiciones: tener una buena orientación hacia el problema y las habilidades necesarias.
- Orientación hacia el problema. La reacción que tenga la persona respecto al problema es un elemento importantísimo. El ver el problema como una amenaza dificultará mucho su solución. Nos hará pensar que es imposible solucionarlo, nos hará dudar de nuestra propia capacidad y creará en nosotros sentimientos de frustación. En cambio, enfocar el problema como un reto nos hará más optimistas ante la solución del mismo, que tenemos capacidad y que estamos dispuestos a invertir nuestro esfuerzo. Como en cualquier aspecto de la ansiedad, ver el estímulo como una amenaza nos hará evitarlo, y por tanto mantendremos la ansiedad. Lo mismo pasa con los problemas, verlos como una amenaza nos hará evitarlos y mantener los sentimientos de frustración.
- Habilidades para solucionar el problema. En primer lugar es imprescindible definir y formular el problema de forma concreta, establecer unas metas claras y realistas. Seguidamente es conveniente pensar en soluciones alternativas, para lo cual podemos apuntar todas las ideas que se nos vengan a la cabeza. Tras haber pensado en algunas soluciones alternativas, es preciso pasar a la toma de decisiones (no tiene que ser la solución perfecta) e idear un plan de acción. Por último aplicaremos la solución y comprobaremos si es útil.
Para poder aplicar las habilidades arriba citadas, es imprescindible tener una reacción positiva hacia el problema. Además es muy importante centrarse en los elementos claves del problema que queremos solucionar y dejar a un lado los menos importantes.
No os preocupéis si el resultado no es el esperado, porque ya habréis pensado en otras alternativas. Lo importante es que no huyáis, que no lo evitéis.
Por cierto, ¿qué hacemos con aquellos problemas que al inicio de este texto decíamos que no son solucionables porque escapan al alcance de nuestra mano?, muy sencillo, cambiemos nuestra percepción sobre ellos y dejarán de ser un problema.
Sin más, espero les sirva el artículo de hoy.
No olviden visitar www.vivesinansiedad.com
Un afectuoso saludo!
Cristóbal Hurtado, psicólogo y colaborador de Vive Sin Ansiedad.