La obesidad es una enfermedad que en la actualidad se encuentra bastante extendida. Más de seis millones de españoles mayores de 18 años tienen problemas relacionados con el sobrepeso y la obesidad. La obesidad y la depresión se encuentran estrechamente relacionadas. La obesidad está asociada a un mayor riesgo de padecer depresión, y ésta a su vez, se relaciona con una mayor probabilidad de desarrollar la obesidad.
Según diversas investigaciones, el riesgo de sufrir obesidad se incrementa un 58% en aquellas personas que tienen depresión. El riesgo de las personas obesas a desarrollar depresión es de un 55%.
No podemos considerar la obesidad como un trastorno psiquiátrico, pero según los datos obtenidos de un metanálisis de 15 estudios publicado en “Archives of General Psychiatry”, muchos episodios que sufren las personas obesas se pueden considerar reactivos, lo que quiere decir que no se debe a una depresión endógena, sino que lo que les deprime es el hecho de estar obesos. Por tanto, podría considerarse la depresión como una de las consecuencias de padecer obesidad.
Según el experto Alfonso Chinchilla, jefe de la sección de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal en Madrid, las personas obesas no están a gusto con su imagen física, y ello lo que les deprime. También afirma que en las mujeres la depresión suele ser más severa que en hombres, porque experimentan más culpabilidad y vergüenza que los hombres.
Otros investigadores y especialistas, señalan que no hay una clara relación directa entre las alteraciones hormonales y aquellas emocionales o del estado de ánimo. Éstos señalan que la relación entre depresión y obesidad tiene que ver con verse mal y con los problemas socioeconómicos. El caso es que hay estudios que demuestran la incidencia de la obesidad en las clases menos favorecidas. Miguel Ángel Rubio, médico del Hospital Clínico de Madrid, afirma que esto es debido a “comer menos carne y pescado, comer más grasas poco saludables y no hacer ejercicio”.
Estas causas nombradas por Miguel Ángel, son ambientes que favorecen la depresión.
¿Cómo actuar ante un caso en el que la persona además de obesidad experimenta episodios depresivos?
Lo ideal en estos casos es la psicoterapia cognitivo- conductual. El objetivo de este tipo de tratamiento es aprender pautas alimenticias, a la misma vez que se favorece el autoestima y se desarrollan habilidades sociales, mejorando además la motivación de estas personas para lograr reducir su peso y realizar actividades deportivas.