La tricotilomanía es la conducta o acto compulsivo y frecuente que consiste en arrancar el pelo (vellos o cabellos) de las distintas partes del cuerpo.
Se considera un trastorno de conducta y puede producir desde pequeñas pérdidas de pelo hasta calvicie severa, en caso de que el sujeto los arranque de la cabeza, aunque también puede actuar en otras zonas como las cejas, las pestañas, las axilas, la barba, etc.
Esta enfermedad suele ser crónica y difícil de remediar. A veces viene de la mano de la tricofagia, que es el hábito de masticar o tragar cabellos, pudiendo obstruir severamente el aparato digestivo.
Muchas veces ocurre como consecuencia de la ansiedad y el acto de arrancar el pelo se convierte en un alivio o gratificación para la persona que lo hace.
Aunque en el manual DSM-IV esta enfermedad está clasificada como trastorno del control de impulsos, otras muchas hipótesis señalan que podría tratarse de un trastorno obsesivo-compulsivo.
Lo cierto es que la tricotilomanía se parece más a aquellas enfermedades catalogadas como «trastorno obsesivo-compulsivo» (onicofagia, dermatilomanía) que a aquellas que se enmarcan dentro de los trastornos de control de impulsos (ludopatía, piromanía, cleptomanía).
Cuando esta enfermedad aparece en niños suele ser en la cabeza, rara vez arrancar pelos de otras zonas del cuerpo, al contrario que los adultos.
El orden preferido de las zonas en las que estas personas arrancan el pelo es esl siguiente: cabeza, cejas, pestañas, cara, brazos, piernas.
Estas personas a menudo sufren depresión, ansiedad, culpa y baja autoestima. En muchos casos tienen problemas para socializar por miedo a que los demás se burlen de ellos.
Despues de realizar numerosos estudios ser comprobó también que en ambientes relajados y libres de estrés, estas personas dejaban su mal hábito de lado y no practicaban estas conductas compulsivas que presenta la tricotilomanía, pero una vez que volvían a su vida normal, este problema aparecía de nuevo.
Las actividades sedentarias también influyen a la hora de que este problema esté presente.
Las personas que padecen esta enfermedad, así como otros trastornos obsesivos-compulsivos presentan frecuentemente ansiedad y depresión de manera conjunta. Este hábito además tiene una estrecha relación con el estrés postraumático.
Esta enfermedad se presenta en muchas variedades y sus causas pueden ser muy diferentes entre sí, de modo que hasta nuestros propios genes podrían hacernos vulnerables a padecerla.
FUENTE: es.wikipedia.org.