Los animales también se deprimen, padecen fobias, sufren ansiedad o tienen problemas conductuales. Todo ello puede impedirles vivir con normalidad, al igual que nos ocurre a los humanos.
La personalidad de un perro depende tanto de su carga genética como de las peculiaridades de su raza, así como de la educación que recibe a lo largo de su vida.
Las causas que pueden poner en riesgo la salud psicológica de un animal pueden ser las siguientes: ansiedad, depresión, traumas o fobias.
El perro por ejemplo, es un animal muy social que necesita estar con sus dueños y otros perros para ser feliz y mantener una salud mental equilibrada. Por ello, un perro abandonado o que no convive con personas, posiblemente tenga más riesgos de padecer algún tipo de trastorno compulsivo o destructivo.
El comportamiento de los dueños es fundamental para evitar problemas en la conducta del perro. Es completamente necesario que el animal esté bien educado y socializado.
En el caso de los perros, el periodo de socialización que ocurre entre sus 3 y 12 semanas de vida es realmente importante para que el animal se encuentre equilibrado mentalmente.
Cuando la conducta del perro se ve alterada negativamente, se puede resolver a través de cuatro tipos de terapias:
– Instaurando una jerarquía en el entorno familiar donde el animal ocupa el último escalafón.
– Ayudándole a desarrollar autocontrol, poniéndole límites.
– Orientando al animal para que sienta apego por el grupo familiar, no solo por una persona.
– Ayudando a que el animal explore y descubra otras facetas de la vida que le aporten una visión positiva. Esta última se utiliza cuando el animal atraviesa un periodo de depresión.
Con respecto a las patologías de comportamiento que suelen afectar a estos animales, encontramos:
– Fobias y miedos concretos.
– Depresión y estrés.
– Ansiedad.
Con paciencia, amor y cariño se puede lograr que un perro o cualquier animal sea feliz y tenga un carácter equilibrado. Para ello debemos saber cómo es nuestra mascota: sus necesidades, intereses, cómo se siente, aportarle bienestar y salud.
Cuando el perro está bien educado y aun así presenta comportamientos inadecuados, deberemos pedir ayuda a un profesional.