Normalmente las personas celosas tienen graves problemas de inseguridad y autoestima. Sienten miedo de perder a las personas que tienen a su lado y el hecho de que los puedan engañar les parece insoportable, necesitan la certeza constante de que no va a ocurrir aquello que temen.
Las personas inseguras buscan pruebas continuamente para quedarse más tranquilas, comprobando una y otra vez si su pareja le es infiel o si hay indicio de ello.
Por otra parte, las personas con baja autoestima tienden a depositar su autoestima en otras personas (su pareja, algún amigo, etc.). Suelen tener pensamientos del estilo “si me ha dicho que le gusto entonces soy guapo” o “quiere quedar estar tarde conmigo, por tanto, quiere ser mi amigo”.
Están pendientes de que los demás resalten o no su valía, y de los halagos que puedan hacerle.
Esa dependencia de escuchar lo que valen o lo importantes que son, unida a la inseguridad de la que hablábamos antes, hace que esta persona necesite la aprobación continua de su pareja y en caso de no tenerla, pueden comenzar los celos, las dudas y la confusión.
En algunas ocasiones la baja autoestima y la inseguridad son el origen de los celos, pero en otras son la consecuencia. Es decir, una persona puede llegar a convertirse en celosa si su autoestima y seguridad queda mermada por la experiencia que ha tenido en anteriores relaciones.
Lo cierto es que aunque no esté catalogado socialmente como un grave problema en realidad lo es. Las personas celosas sufren, nunca alcanzan la felicidad plena, su principal problema es “saber si su pareja es infiel” y su vida gira en torno a ello. Lo curioso es que lo único capaz de calmar a un celoso totalmente es certificar que su pareja es infiel, porque cualquier prueba o argumento que vaya encaminada a certificar su fidelidad, solo va a generarle más dudas y nuevas preguntas.
Cabe destacar que Los celos forman parte de la relación amorosa y son positivos siempre que estén dentro de la normalidad y no interfieran en ésta negativamente.
Actualmente la celotipia es un trastorno psicológico que puede tratarse adecuadamente, focalizando los esfuerzos de la persona que la sufre a vivir con aquello que más teme.