La mayoría de los problemas de salud, requieren su tiempo. Obviamente necesitamos poner en marcha determinadas medidas para poder curarlos, pero una vez que hemos iniciado esas medidas, consejos, remedios o como quiera uno llamarlos, es necesario tener paciencia y dejar que el tiempo poco a poco vaya solucionando el problema.
Cuando sufrimos ansiedad, tenemos un problema añadido; la desesperación.
La ansiedad es un problema con el que se hace insoportable vivir, y esa desesperación en ocasiones, nos impide hacer las cosas bien.
Muchas personas, quieren correr, tienen prisa por curar su ansiedad, y esto es algo completamente contraproducente. La ansiedad requiere de conocimientos que nos ayuden a curarla, que nos ayuden a identificar los agentes causantes del problema para poder corregirlos o eliminarlos de nuestras vidas para impedir que vaya a más o que se quede estancada.
Una vez que hemos iniciado un tratamiento para nuestra ansiedad, debemos armarnos de paciencia y ser conscientes de que ahora es el tiempo el que irá poniendo todo en su sitio y restableciendo la normalidad y la calma emocional.
La práctica es muy sencilla, pero… ¿que ocurre cuando queremos forzar el presente para acercar el futuro?, ¿cuando intentamos ir más deprisa de lo que realmente podemos para acabar con nuestra ansiedad cuanto antes?…. la respuesta es que aumentaremos la ansiedad. El ansia por querer acercar rápidamente nuestra meta, hará que estemos más nerviosos, más pendientes del problema en cuestión y por ello, nuestra ansiedad aumentará en lugar de reducirse.
Es por ello que podemos decir que las prisas por curar la ansiedad, son completamente contraproducentes y no van a traernos nada bueno.
Debemos saber identificar los cambios positivos de forma muy gradual y tener la paciencia necesaria para que la ansiedad por si sola vaya disminuyendo hasta desaparecer por completo. Será entonces cuando estemos haciendo las cosas bien y puedo garantizaros que vuestra ansiedad entonces, tendrá los días contados.
Os lo explico en este video.