Un cambio brusco de estación suele provocar normalmente cambios en el humor de las personas, haciendo a veces que éstas se encuentren exaltadas o eufóricas y otras veces ocurre lo contrario y se sienten tristes y deprimidas.
Concha Etiens, colegiada en Madrid, cuyas especialidades son la psicología clínica y la psicoterapia, afirma que también aumentan hasta un 15% las depresiones debido a los cambios de estación, así como las personas que sufren recaídas, siendo el porcentaje de éstas últimas el de un 10% aproximadamente.
Esto podría deberse a los cambios de temperatura o presión, pero sobretodo al brusco cambio horario que ocurre con cada cambio de estación y al que le precede un aumento o disminución en las horas de luz.
Todo ello da lugar a que cambiemos nuestros hábitos, lo que no siempre afecta de forma favorable a todo el mundo.Es decir, se produce un desajuste en nuestro organismo que termina afectando de manera psicológica a personas que biológicamente no están preparadas para aceptar bien los cambios en el ritmo de vida que llevan.
El cerebro recibe luz a través de la retina, pero no de forma directa. El proceso es el siguiente: la retina recoge la luz y la pasa al núcleo supraóptico. Una vez reconocido el nivel e intensidad de la luz, esta información se transporta hasta el hipotálamo.
El hipotálamo es un neuroconector o glándula que se encarga de diversas operaciones cerebrales así como de las emociones, pero en el caso de la luz, es el que se encarga de regular la secreción de dos sustancias (cortisol y melatonina).
Estas sustancias nos ayudan a regular los ritmos circadianos de luz, y por tanto, los de sueño/vigilia.
López Rodriguez propone un símil entre aves y seres humanos para explicar el porqué a algunas personas les afecta más este cambio que a otras, según los niveles de cortisol.
Las aves a las que hace referencia son la alondra y el búho. Las alondras tendrían los niveles de cortisol más altos por las mañanas por tanto son aves que están activas a esas horas del día. Por el contrario, los búhos aumentan sus niveles de cortisol durante la noche.
Las personas “búho” son a las que más les afecta el cambio de hora por lo que tienen más riesgo de sufrir ansiedad o algunos de sus síntomas debido a los cambios estacionales.
Fuente: www.psicologia-arga.com