Todas las personas, ya sean niños/as o adultos experimentan miedo y ansiedad en diversas ocasiones a lo largo de sus vidas.
Sentir ansiedad, sea cuál sea la situación que la genere nunca es agradable, pero en los niños es completamente normal que aparezcan este tipo de sentimientos, ya que son necesarios para una mejor “entrada” al mundo adulto. Es decir, haber sentido ansiedad anteriormente, hará que el niño la afronte más adecuadamente en su posterior madurez.
Ansiedad
Entendemos por ansiedad cualquier miedo anticipado a padecer un daño o desgracia futuros, acompañado normalmente de un sentimiento de temor y síntomas somáticos de tensión, como pueden ser las palpitaciones, sudores, movimientos repetitivos, etc.
La angustia es su expresión más extrema y a veces se emplea como sinónimo de ésta.
Miedo
El miedo es una emoción, la ansiedad en cambio es el sentimiento o experiencia subjetiva que nos produce esta emoción.
Sentir miedo o tener ansiedad, a veces puede ser positivo porque evita que los niños/as se comporten temerariamente, como por ejemplo, el hecho de no encender un mechero por miedo a quemarse, o callarse mientras sus padres le están reprochando una mala conducta por miedo a que éstos le griten y como consecuencia de ello, la situación le provoque ansiedad.
Las causas por las que florece la ansiedad van variando a medida que los niños se desarrollan.Vamos a ver brevemente los distintos tipos de ansiedad que experimentan los niños según la etapa evolutiva en la que se encuentren.
- Bebés (de 0 a 9 meses): Experimentan ansiedad ante la presencia de extraños, ruidos desproporcionados o por separación de la madre, sobre todo, cuando su apego no es seguro.
- Infantes (de 10 a 18 meses): Disminuye la ansiedad causada por la separación de los padres.El niño/a en esta fase puede experimentar ansiedad ante las visitas al pediatra, temor al agua, a hacerse daño e incluso a la oscuridad.
- Niños (de 4 a 6 años): Suelen tener miedo a cosas irreales como monstruos o fantasmas.
- Niños (de 7 a 12 años): Aquí sus miedos y ansiedades están relacionados con circunstancias reales, como por ejemplo, miedo al dolor, sentir ansiedad cuando creen que van a ser avergonzados, temor a las catástrofes naturales, a insectos como las avispas, arañas…
A medida que los niños van creciendo, esos miedos pueden desaparacer o por lo contrario, intensificarse, pudiendo dar lugar a lo que conocemos como “trastorno de ansiedad” y a sus múltiples variantes.
Por todo ello, los padres deberán contribuir a la paulatina desaparición de esos miedos y ayudarlos cariñosamente cuando necesiten su apoyo y compañía.
Aún así, los niños en situaciones determinadas seguirán teniendo ansiedad (una ansiedad más “sana”) porque como hemos dicho anteriormente, es un sentimiento normal que experimentan todas las personas a lo largo de su vida.
Fuentes:
www.crecerfeliz.es
www.kidshealth.org
www.nlm.nih.gov