Muchas investigaciones clínicas revelan que tanto hombres como mujeres pueden desarrollar los síntomas típicos que acarrea el hecho de sufrir depresión, pero los síntomas y el afrontamiento hacia ésta puede variar en función del sexo.
En el artículo anterior tratamos el tema de la depresión enfocándonos en como ésta afecta a las mujeres. Hoy vamos a ver como influye en el género masculino, ya que a menudo hombres y mujeres sienten la depresión de una manera diferente, así como también es distinta la forma en la que ambos la afrontan.
Los hombres normalmente muestran insomnio, irritabilidad y fatiga. Además, suelen perder el interés en sus tareas laborales y en otras tareas o aficiones que antes consideraban satisfactorias.
Las mujeres en cambio, muestran síntomas más relacionados con las emociones y los sentimientos (tristeza, baja autoestima y culpabilidad). Por tanto, la mayoría de investigadores creen que la definición de depresión como tal, no muestra en sí todas las facetas que muestra esta enfermedad, considerándola incompleta.
Los hombres son más reacios que las mujeres a reconocer que tienen un problema y no piden ayuda hasta que la depresión está bastante avanzada.
Antes de pedir ayuda o recibir tratamientos, suelen recurrir al alcohol u otras drogas cuando se sienten mal, lo cuál no solo agrava la situación, sino que a veces da lugar a que se desarrolle otro trastorno del comportamiento o mental de manera conjunta con la depresión.
Algunos hombres afrontan la depresión involucrándose de manera compulsiva en su trabajo, dejando de lado a su familia, amigos y ratos de tiempo libre, tratando de esta manera, ocultar su estado depresivo a sus seres queridos.
Otros dejan de lado el trabajo y tienen comportamientos irracionales y temerarios como pueden ser: faltar al trabajo, desatender su aseo personal, conducir de manera temeraria a velocidades mucho más altas que las permitidas o mostrarse agresivo en público con personas desconocidas.
La tasa de suicidio por depresión, tanto en América como en Europa, es cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres. Sin embargo, el historial de intentos de suicidio es más elevado en las féminas.
Todo ello da lugar a que no haya un estudio capaz de explicar cuál de los dos sexos es más propenso al suicidio cuando se desarrolla este trastorno o enfermedad.
Quizás la tasa de hombres es más elevada porque utilizan métodos más letales para llevar a cabo su fin.